Lo que este mundo necesita.

Tenías tus mejillas rosadas, acababas de correr por todo el jardín. Tus piecitos descalzos buscaban la libertad, la frescura, la esencia de la vida en el suelo. Cortaste flores con miedo a que te descubrieran, te acercaste a mis faldas y me regalaste una mirada de complicidad, extendiste tu manita, me ofreciste tu travesura, no tuve más remedio que caer rendida a tu mundo.

Quisiera que este jardín fuera eterno, que tuvieras siempre aire limpio para respirar, que ningún problema del mundo afectara tu felicidad, que nada te impidiera correr con tus pies descalzos. 

Quisiera poder regalarte un mundo donde las flores abundaran y tus ojos pudieran apreciarlas; un mundo donde compartir fuera la vitalidad de todos, donde el vecino no gritara, donde el joven ayudara al anciano, el rico al pobre, el satisfecho al hambriento. Un mundo donde no importe la religión, sexo, edad, raza o condición.

Mas no puedo crearte esa burbuja… y tendrás que aprender a no contaminarte.

Te enseñaré a luchar para que mantengas tus mejillas rosadas, para que cuando corras sea para alcanzar tus metas sin aprovecharte del más débil, para que subas escalones aprovechando tus capacidades y desarrollando tus talentos, sin importar tu condición física o mental.

Te haré los regalos más importantes para que crezcas:

Te permitiré venir a este mundo, te obsequiaré valores, te daré libros, te permitiré soñar, te mostraré tu realidad, te daré mi amor para que aprendas a amar. Te ayudaré a tener fe, a confiar en ti, a levantarte cuando te caigas, a aprender de tus errores.

Sé que no serás perfección, pero serás el futuro próspero, lo que este mundo necesita.

Te amo inmensamente

Margarita.